El delegado episcopal de Cáritas, Luis Miguel Rojo Septién, nos da las claves de la primera exhortación apostólica de León XIV, Dilexi te.

Luis Miguel Rojo Septién, delegado episcopal de Cáritas Española

Cuando todos estábamos esperando con cierta impaciencia por dónde iría la hoja de ruta del nuevo papa León XIV, saltó la sorpresa en forma de exhortación apostólica titulada: “Dilexi te (“Te amé”). Una sorpresa agradable por dos razones importantes: porque continúa la línea del difunto papa Francisco y porque pone a los pobres en el centro del ser y de la misión de la Iglesia.

Y es que la importancia de este documento radica en el tema que lo vertebra de modo total e incuestionable. Por si hubiera alguna duda, el mismo documento nos lo advierte y recuerda: La cuestión de los pobres se vuelve indispensable para la Iglesia y para la humanidad a la hora de afrontar el cambio de época en el que nos encontramos.

En una rápida y elemental mirada, caemos en la cuenta de que este documento nos refresca varias cuestiones que, a veces, se olvidan o se minimizan. Por ejemplo, que el cuidado de los pobres es una parte esencial e histórica de la Iglesia; que la opción por los pobres no es una ideología, sino una verdad incontrovertible del Evangelio; que para ser auténticos cristianos hay que reconocer a Cristo en el rostro de los que sufren y viven en necesidad; y que preocuparse por los pobres no es sólo una cuestión social, sino una expresión fundamental de la fe cristiana, ya que Cristo mismo dice que los pobres son sus “vicarios”.

Las tres coordenadas

Desde esta perspectiva, podemos destacar tres grandes coordenadas en esta magnífica exhortación apostólica:

01. En primer lugar, frente a una mirada distorsionada de los pobres, León XIV nos invita a tener una mirada que sea capaz de descubrir las múltiples formas de empobrecimiento actual. Es decir, algo que en Cáritas conocemos al hablar de la multidimensionalidad actual de la pobreza. O, lo que es lo mismo, que la pobreza material, la precariedad laboral, residencial, relacional o espiritual casi siempre caminan juntas y se presentan en los pobres y excluidos sociales. Pero esta mirada desde las ciencias sociales, el cristiano la debe completar con una mirada desde la fe capaz de descubrir que Dios es el primero que opta por los pobres.

02. En segundo lugar, es preciso y necesario dejarse tocar por los pobres. El documento papal es una urgente invitación al cambio personal, comunitario y eclesial. Porque el encuentro con Cristo en los pobres no puede ni debe dejarnos indiferentes, sino que nos exige y nos obliga a despojarnos de una existencia intrínsecamente rica y exitosa para adquirir un “corazón humilde y volcado en los pequeños”.

03.En tercer lugar, es imprescindible un cambio del modelo actual de sociedad. Para ello, León XIV nos dice que se requiere un compromiso moral alimentado por el amor, que nazca de convicciones profundas y que se haga realidad en gestos a favor de los pobres. Pero no se trata sólo de amor a los pobres, sino también con los pobres.

El Papa nos reta

Desde las grandes líneas de esta exhortación apostólica se desprenden una serie de retos que el papa León XIV lanza a los cristianos en general y a la Iglesia en particular. En mi opinión, como miembros de Cáritas nos afectan tres retos o desafíos concretos y específicos. El primero, purificar nuestra mirada para ser capaces de conocer bien la realidad de la pobreza y descubrir en ella la presencia de Dios. El segundo reto es dejarse afectar por la realidad de pobreza, sabiendo que esta es la pedagogía de Dios. Y como tercer desafío, es importante no desfallecer en el compromiso cristiano, siendo conscientes de que cada acción concreta, por pequeña que sea, según el “modelo del buen samaritano”, contribuye a transformar la sociedad.

Un cambio de paradigma

Al final y como conclusión y resumen de lo dicho, la exhortación Dilexi te contiene un mensaje claro y profundo que León XIV quiere dar al mundo: la opción preferencial por los pobres “debe encontrar lugar entre las formas más altas de vida evangélica”. Esta opción “genera una renovación extraordinaria” y requiere un cambio de paradigma en el que la opción preferencial por los pobres se convierta en la piedra angular. Un cambio de paradigma humanizador que, como se desprende del actual informe FOESSA, ponga en el centro la interdependencia, la ecodependencia y el cuidado. Un paradigma, que, desde el magisterio eclesial, yo llamo “histórico-periférico”. Pero esto será algo de lo que hablaremos en otra ocasión.