Ocho años de recuerdos y personas
Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española entre 2017 y 2025

Queridos lectores, amigos y amigas de nuestra revista:
Después de ocho años, me despido de la Secretaría General de Cáritas. Ocho años en los que nos habéis acompañado fielmente y en los que la revista se ha renovado, y toda Cáritas ha experimentado importantes cambios, como también lo ha hecho nuestra sociedad.
Durante estos años hemos compartido desde estas páginas retos enormes para las personas más vulnerables de nuestra sociedad; recordamos bien la COVID-19 o la DANA, y para nuestro mundo, las graves crisis migratorias con el dolor y el sufrimiento que conllevan, o las terribles guerras en Ucrania, Tierra Santa o Sudán del Sur. Hemos intentado mostraros cómo Cáritas Española se ha hecho presente, tratando de aliviar el sufrimiento, devolver la dignidad y ser cauce de vuestra solidaridad y fraternidad.
Como Iglesia, hemos sido testigos de la llegada del papa Francisco y, más recientemente, de León XIV, y hemos recibido con inmensa alegría y compromiso su magisterio para hacerlo vida en nuestro trabajo. ¿Cómo iba a imaginar que comenzaría mi cargo en Cáritas con la encíclica Laudato si’ y terminaría con Dilexit te? Dos momentos en los que hemos recibido el aliento para trabajar por los más pobres, cuidando la Casa Común donde habitamos todos y, sobre todo, amándoles como Él nos ha amado.
Terminan mis ocho años de servicio, pero Cáritas continúa, y estoy segura de que seguiremos estando donde debemos estar y de que seguiremos impulsando caminos como el de la economía solidaria, que genera empleo para las personas que más difícil lo tienen y que comenzamos hace diez años hasta llegar, hoy, a más de 137.502 personas que han accedido a un empleo.
También continuaremos el camino de la denuncia de las causas de la pobreza, en un momento en que nuestro país sufre una brecha social en aumento y una desigualdad que afecta especialmente a los 4,3 millones de personas que viven en exclusión social severa. Es muy importante que estas personas sepan que Cáritas trabaja para ellas, que ponemos encima de la mesa propuestas, que luchamos para que no se las olvide y para que la sociedad alce la voz y reclame que no queremos que queden atrás.
Me quedo en el corazón con todas las personas que he conocido en este tiempo: trabajadores, voluntarios y participantes que han sido esa transparencia del rostro de Jesús en muchos momentos de mi vida. Y me quedo especialmente con las mujeres, que son el alma de Cáritas en todos los proyectos, en las historias de superación y en los ejemplos de voluntariado. Las he sentido muy cerca, por el hecho de ser mujer y la primera mujer secretaria general de Cáritas. He sentido su aliento, su apoyo, su ejemplo, y me ha animado mucho saber que, en cada rincón del mundo y de España, tantas mujeres como yo hacen de Cáritas esa caricia de la Iglesia a su pueblo.
Seguid acompañando a Cáritas con vuestro interés y vuestra lectura, y gracias por haberlo hecho durante estos años.



