Iñaki Mercero, director del cortometraje Atrapados

Gema Martín Borrego. Cáritas Española

Iñaki Mercero (Madrid, 1967) lleva tres décadas de carrera como productor y director de series de televisión. Algunas de ellas han sido éxitos generacionales —como la recordada Física o Química— y otras, grandes fenómenos de audiencia, como El Príncipe o El tiempo entre costuras. Iñaki reconoce que ha crecido profesionalmente con el ejemplo de su padre, el cineasta Antonio Mercero, autor de la inolvidable Verano azul y del cortometraje La cabina. ¿Quién no recuerda esa icónica y multipremiada cinta estrenada en TVE en 1972, que muestra la angustia de un hombre (José Luis López Vázquez) que se queda atrapado en una cabina telefónica?

Más de medio siglo después, Iñaki Mercero recibió una propuesta de Cáritas y Carmela Produce: reinterpretar el mítico cortometraje de su padre y, a través de él, hablar de exclusión social. “Desde el primer momento recibí el encargo con mucho interés —cuenta Iñaki—; me animó a hacerlo el hecho de que pudiera contribuir socialmente a algo, y que además estuviera respaldado por Cáritas”. Esa dimensión social terminó de darle sentido al proyecto. “Esas cosas siempre ayudan a tomar la decisión final”, reconoce.

Presentado en el marco del IX Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en España, el corto Atrapados enlaza ficción y realidad. Iñaki Mercero explica que, cuando su padre dirigió La cabina, “hubo un montón de hipótesis sobre lo que quería contar, algunas muy absurdas, cuando la realidad era que él solo quería entretener”. No obstante, “una de esas teorías, la que sostiene que mi padre trataba el aislamiento social en su cortometraje, se aproxima mucho a la interpretación que ahora hemos querido actualizar”. De hecho, “Atrapados no habla tanto de la pobreza material como del aislamiento social, de la indiferencia ante esa pobreza”.

La exclusión invisible

Me interesaba mucho la idea de que esto pase desapercibido para la gente —dice Iñaki—. Tenemos millones de personas en exclusión social en España y la gente ni siquiera lo sabe”. El protagonista de Atrapados es un hombre encerrado en una cabina de cristal, a plena calle, mientras los transeúntes pasan ignorando sus gritos. Su director considera que, como ocurre en el corto, “todos nosotros caminamos junto a la exclusión, pasamos delante de ella y, sin embargo, no la vemos”. Su intención era obligar al espectador a mirarla de frente. “Es como decir al público: ‘la tenéis delante y no la veis’”, añade.

Aunque Atrapados dura apenas cinco minutos, mantiene un diálogo explícito con la obra original. “Hay ciertos guiños”, dice Mercero, y cualquiera que haya visto La cabina podrá reconocerlos. “Obviamente hay muchas similitudes, todas, por supuesto, intencionadas”. Las diferencias principales están en la duración —La cabina dura 35 minutos— y en el lenguaje audiovisual. “Había que resumir mucho, actualizarla, modernizarla”.

El poder de lo visual

El director reivindica el poder de lo visual para sensibilizar. Cree que “entra por los ojos más una imagen que números”. Los datos, reconoce, “están muy bien” y ofrecen “titulares interesantes”, pero una película puede lograr que el espectador experimente lo que una cifra no siempre consigue. “Si logras contar lo que quieres, el impacto es muy bueno”.

Cine social y entretenido

También defiende que el cine social no está reñido con el entretenimiento. “El cine social puede ser entretenido. Además, tiene que convivir con el que es puramente comercial”, asegura. “El cine comercial alimenta al social gracias a la buena taquilla que hace”, concluye.

¿Y qué recibimiento espera del público? Los primeros pases de Atrapados fueron en la sede de Cáritas Española y en la Academia de Cine (Madrid), donde Mercero percibió una reacción muy significativa. “Aunque muchos sabían de lo que íbamos a hablar en el corto, la gente se quedó impactada. La puesta en escena, sin música, muy cruda, con mucho silencio y, a la vez, con un ruido angustioso, provocó ese efecto —argumenta—. Yo creo que funcionó bien y que el mensaje final es tan contundente que te deja pensando”.

Responsabilidad compartida

Preguntado por el objetivo principal de la cinta, su director responde que es “concienciar sobre las dimensiones más desconocidas de la exclusión social”. “Si conseguimos que la gente abra los ojos y se dé cuenta de que tenemos un problema enorme que no vemos, habremos logrado parte de nuestro objetivo”.

El otro objetivo es animar a la ciudadanía a responsabilizarse. “Como sociedad, todos debemos poner nuestro granito de arena y no ignorar el drama de la exclusión social, pero son todos los poderes públicos —el Ejecutivo nacional, los Gobiernos autonómicos y los ayuntamientos— los que deben tomar nota de esto que estamos mostrando y actuar”, concluye.

Te animamos a mirar de frente la exclusión social, esa realidad que viven millones de personas en España pero que no se ve. Entra en nuestro canal de YouTube para ver y compartir Atrapados.