La publicación del IX Informe FOESSA marca un hito en nuestra labor de acompañamiento y denuncia profética. Para Cáritas, la investigación social nunca ha sido un mero ejercicio académico ni una acumulación de estadísticas frías. Es, ante todo, una forma de mirar la realidad con los ojos bien abiertos y el corazón conmovido; una exigencia ineludible de nuestra caridad, porque el conocimiento profundo es el motor que transforma el sentimiento del amor en una caridad eficaz y acertada.

Este nuevo informe nos sitúa frente a un espejo incómodo: España se ha convertido en la “sociedad del desasosiego”. Vivimos la paradoja de un tiempo donde los grandes indicadores económicos hablan de bonanza, mientras la vida cotidiana de millones de familias sigue marcada por la fatiga y la incertidumbre. Nos enfrentamos a una exclusión severa que se ha enquistado, afectando a 4,3 millones de personas, y a un sistema donde el empleo precario y la vivienda inalcanzable se han convertido en motores de desigualdad.

Sin embargo, la lectura creyente de esta realidad nos impide caer en el desaliento. El informe constata con rotundidad que no fallan las personas, falla el sistema. Detrás de cada dato hay familias que se esfuerzan, que activan redes y que no se rinden. Y es precisamente ahí donde el análisis sociológico se encuentra con nuestra campaña institucional:

“Mientras haya personas, hay esperanza”

La esperanza no es un optimismo ingenuo que ignora la gravedad del diagnóstico; es la certeza de que la transformación es posible porque el ser humano, imagen de Dios, mantiene intacta su capacidad de resistencia y de vínculo. Este informe no es una sentencia, es una hoja de ruta para reconstruir nuestra casa común. Nos invita a pasar del individualismo a la comunidad, del “sálvese quien pueda” a la sociedad del “biencuidar”. Porque, mientras haya una comunidad dispuesta a tejer redes y a defender la dignidad de cada hermano, habrá camino. Y mientras haya personas, la esperanza seguirá siendo el motor de nuestra historia.