La guerra en Gaza ha terminado y, con el inicio del proceso de paz, se enciende “una chispa de esperanza”, tal y como ha expresado el papa León XIV.

Lucas Izquierdo. Cáritas Española

En efecto, tras dos años de bombardeos, destrucción y desplazamientos, la palabra “esperanza” vuelve a escucharse en Tierra Santa. Cáritas Jerusalén, que nunca abandonó a la población durante el conflicto, continúa su labor humanitaria con más fuerza que nunca.

La mejor noticia

“Esta mañana nos despertamos con la noticia del acuerdo que pone fin a la guerra y libera a prisioneros, detenidos y secuestrados de ambos lados”, dijo Anton Asfar, secretario general de Cáritas Jerusalén, el pasado 9 de octubre. “Todos nuestros compañeros en Gaza están muy felices y comprometidos a seguir ayudando a las personas más vulnerables: los niños, las mujeres embarazadas, los ancianos y los enfermos”.

También el cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén y presidente de Cáritas Jerusalén, celebró el acuerdo como “un primer paso importante”. “Habrá obstáculos, pero ahora podemos pensar no en la guerra, sino en cómo reconstruir después de la guerra”.

Contra la desnutrición

Y así, a los pocos días del alto el fuego, Cáritas Jerusalén movilizó a sus equipos médicos para entregar 10.000 latas de leche infantil a familias con recién nacidos y niños pequeños.

Durante meses, las familias han sobrevivido con una sola comida al día —cuando la había—, y los productos frescos desaparecieron por completo de su alimentación. La desnutrición infantil se disparó y muchos padres se saltaban comidas para que sus hijos pudieran comer algo más. “La comida era tan urgente como los medicamentos o el refugio”, recuerdan los equipos de Cáritas Jerusalén.

Ellos han sido testigos de muchos dramas. Una madre de cinco hijos acudió hace un par de meses a un punto médico de Cáritas en Gaza. No pedía medicamentos ni atención sanitaria: preguntaba si había pan. Su hijo más pequeño lloraba de hambre y llevaba días sin probar una comida completa. “Ese dolor de las madres, esa impotencia, es una de las cosas que más nos ha dolido ver en este tiempo”, explican desde la organización.

Hoy, con la paz en el horizonte, la situación sigue siendo dramática, pero ya se perciben señales de esperanza y, al cierre de esta edición, se habían abierto las fronteras de Gaza a la ayuda humanitaria a gran escala. A través de la Limosnería Apostólica, León XIV envió 5.000 antibióticos para los niños, uno de los colectivos más afectados por los dos años de conflicto.

Con los vulnerables, siempre

Durante los meses más oscuros, Cáritas fue una de las pocas organizaciones que estuvo presente sobre el terreno. En la actualidad, mantiene diez puntos médicos en Gaza y un centro de salud en la ciudad de Gaza, que fue bombardeado y reabierto en mayo de este año. “Nuestros equipos incluyen médicos, enfermeros, psicólogos y trabajadores sociales —más de un centenar de personas— que han trabajado en condiciones extremadamente peligrosas para ofrecer atención médica, ayuda humanitaria urgente y apoyo psicosocial”, explican en Cáritas Jerusalén.

Además de la asistencia médica, Cáritas Jerusalén distribuye paquetes de alimentos, comidas calientes y ayuda económica directa para que las familias puedan cubrir sus necesidades más inmediatas. También impulsa programas de acompañamiento y salud mental para víctimas con traumas de guerra, así como apoyo a los grupos más vulnerables, como niños, ancianos y personas con discapacidad, incluida la provisión de prótesis en colaboración con el Centro de Extremidades Artificiales y Polio de Gaza.

Y ahora, ¿qué?

Y ahora, ¿cuáles son las medidas humanitarias más urgentes? En Cáritas Jerusalén lo tienen claro: “El acceso rápido y seguro de la población a alimentos, medicamentos y combustible”, afirman. Además, piden comenzar lo antes posible “el largo camino de la reconstrucción, rehabilitación y curación de una tierra que ha sido arrasada”.

Un deseo al que se suma la oración del Papa: “Dios, única paz de la humanidad, te pedimos que sanes todas las heridas y nos ayudes con tu gracia a lograr lo que ahora parece humanamente imposible, y a volver a descubrir que el otro no es un enemigo, sino un hermano al que podemos mirar, perdonar y ofrecer la esperanza de la reconciliación”.

Cáritas con Tierra Santa

«Después de dos años de sufrimiento, la población de Gaza empieza a mirar hacia el futuro con esperanza. En Cáritas seguimos a su lado, como hemos estado desde el inicio de la guerra. Si quieres sumarte a esta labor, haz un donativo y ayúdanos a reconstruir sus vidas». 


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