Después de unirnos a la festividad del Corpus Christi y celebrar en nuestras diócesis y comunidades parroquiales la fiesta grande de la Caridad bajo el lema «Allí donde nos necesitas, abrimos camino a la esperanza», nuestra Confederación se reunió en su LXXXIII Asamblea General, convocados por la llamada de los obispos para “hacernos caridad en la vida diaria, pan que se parte y reparte entre nuestros hermanos y hermanas” (Mensaje para el Corpus Christi de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social).

Este encuentro, celebrado los días 27 y 28 de junio, ha vuelto a ofrecernos la oportunidad de compartir la realidad de nuestra misión en cada una de las 70 Cáritas Diocesanas que integran nuestra Confederación. Seguimos urgidos por las demandas que cientos de miles de conciudadanos nos dirigen para garantizar sus necesidades básicas, acuciados por una realidad social y económica donde el nivel de exclusión, lejos de atenuarse, sigue incrementándose hasta tal punto que, como acaba de alertar Eurostat, nos sitúa por primera vez como el país de la zona euro con mayor riesgo de pobreza.

Nuestros voluntarios y contratados, presentes tanto en España como en otros países donde compartimos procesos de cooperación fraterna son las Cáritas del sur, son testigos directos del creciente clima de desesperanza social al que se refiere el papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti. Agradecemos a todos ellos su misión como heraldos de esperanza en esos lugares de frontera.

El contacto directo de nuestros agentes de Cáritas con el verdadero rostro de la desigualdad nos ofrece datos de la realidad española, como el aumento de unas situaciones de exclusión cada vez más severas; de la persistente precariedad laboral; y de una problemática de la vivienda que se va agudizando y dispara el sinhogarismo. Junto a ello, acompañamos a más personas en situación de irregularidad administrativa fruto de las olas migratorias y las trabas legales, y una infancia y adolescencia en situación de desventaja social que, con toda probabilidad, arrastrarán de por vida.

El apremio de este escenario social nos reclama ahondar en la misión y visión de Cáritas para, como decimos en nuestra última Campaña de Caridad, “vivir y estar en el mundo desde el amor, allí donde nos necesiten” todos los olvidados.

Para ello, las 70 Cáritas Diocesana reunidas en la Asamblea acuerdan salir al encuentro de las personas descartadas, adecuando sus estructuras organizativas y reorientando sus estrategias para seguir acogiéndolas y acompañándolas en su proceso de recuperación y de desarrollo para acceder a una vida digna. También apuestan por tejer fraternidad en una sociedad fragmentada, y fortalecer la labor de incidencia política como proceso de concordia, encuentro y diálogo con todos los agentes sociales, económicos y políticos

Con estos objetivos, hemos aprobado el Marco Estratégico Confederal y el VI Plan Estratégico, que, junto al lanzamiento del proceso interno de relectura del Modelo de Acción Social de Cáritas, serán unas herramientas indispensables para que la institución pueda responder a los retos que le plantea este sistema socioeconómico injusto los próximos años, dar más protagonismo a las personas participantes en el proyectos de Cáritas y reforzar el papel de los voluntarios como agentes para la transformación social.