Esperanza tras la tragedia
Cáritas sigue al lado de las personas afectadas por la DANA
Lucas Izquierdo. Cáritas Española
Casi ocho meses después de aquel fatídico 29 de octubre, las personas afectadas por la DANA luchan por reconstruir sus vidas, especialmente quienes han perdido a algún ser querido. En medio de la tragedia, del duelo y, a veces, de la rabia, surgen historias de esperanza.
No es fácil superar la destrucción de los hogares y los medios de vida, y mucho menos el fallecimiento de familiares y amigos. Pero la resiliencia de los damnificados y la solidaridad de toda la sociedad española están dejando signos de esperanza que son promesa de futuro para las poblaciones arrasadas por las lluvias y las riadas.
Cáritas, como no puede ser de otro modo, ha estado, está y estará junto a las personas afectadas en Valencia, Letur (Albacete), Mira (Cuenca), Málaga y Jerez. En este reportaje damos voz a algunas de ellas.

“La maldita riada se lo llevó todo”
Rafa Ortega, de Algemesí (Valencia)
“Soy voluntario desde hace quince años. He vivido siempre en la misma casa. Es decir, vivíamos allí hasta que la maldita riada se llevó todo. Pedimos ayuda a Cáritas y, a la semana siguiente, recibimos dinero para reconstruir nuestro hogar. Con ese dinero pudimos empezar a contratar personas para limpiar, vaciarlo todo, cambiar el parqué y reconstruir la casa. Hemos empezado por la cocina y vamos poco a poco, porque es muy difícil encontrar albañiles o pintores disponibles”.

“Con ayuda puedo renacer”
Rosa Ruiz Garrido, de Mira (Cuenca)
“Lo que ha ocurrido en Mira ha sido calamitoso. Yo estaba durmiendo y me desperté a las dos de la mañana. El agua me llegaba a la altura de los tobillos. Me asomé a la ventana y vi que toda mi casa —que está junto al río y sin vecinos cerca— estaba rodeada de agua. Me asusté mucho y llamé al 112. Me dijeron que venían a por mí, pero el agua subía muy rápido. Cuando ya me llegaba por la cintura, apareció la Guardia Civil, que logró sacarme con sogas y me subieron a la parte más alta del pueblo. Gracias a ellos estoy con vida.
Todo lo que había dentro de mi casa desapareció: camas, ropa, electrodomésticos… Me han facilitado ropa, comida, dinero…, y he vivido en casa de un familiar.
Me siento muy arropada por Cáritas y la parroquia, que me están ayudando a reparar mi casa y me han puesto calefacción. Al principio me costaba recibir esa ayuda, porque ha habido gente que lo ha perdido todo. Esta tragedia me ha pillado muy mayor, con 65 años, y es muy difícil salir adelante. Gracias a Cáritas, mi vida puede ser mejor. Con ayuda, puedo renacer”.

“Desde el primer momento, Cáritas estuvo ahí”
Isabel, de Letur (Albacete)
“No me quito de la cabeza lo que ocurrió el 29 de octubre —dice Isabel, una de las personas afectadas por la riada en Letur—. Parece que fue ayer”. Isabel ha encontrado en el Centro de Escucha de Cáritas Diocesana de Albacete un lugar para gestionar ese duelo que lleva dentro, tras lo ocurrido aquel día en el que la lluvia, además de arrasar la localidad, se llevó la vida de seis vecinos. “Para mí, Cáritas ha sido muy importante. Desde el primer momento estuvo ahí, que fue cuando tenía ese nudo en el pecho que no me dejaba respirar y que, con el tiempo, se ha ido soltando. Cuando te pasa algo que te rompe, es esencial contar con un sostén”.
Tras la riada, Isabel fue desalojada de su casa, en el casco antiguo de Letur, y se fue a vivir con su madre a la parte alta del pueblo. “Tenía tanto miedo que dormía con ella”, cuenta.
Isabel es, además, una de las ocho trabajadoras del restaurante El Búho, empresa de inserción de Cáritas, también afectado por la DANA y que sigue sin poder abrir al público. Recibir apoyo psicológico también le ha ayudado a gestionar este tiempo sin trabajar y a poner el foco en nuevas ilusiones. Junto a otros vecinos, ha creado la asociación para el cuidado de gatos Gatureños.
La respuesta de Cáritas en los primeros
6 meses tras la DANA
Cáritas destinó 9,9 millones de euros a ayudar a las personas damnificadas.
Se priorizarón acciones en atención psicosocial, recuperación de negocios, realojamiento y rehabilitación de viviendas.
Cáritas Diocesana de Valencia ha atendido a más de 15.000 personas a través de las Cáritas parroquiales de los 84 municipios afectados.
Estamos ayudando a personas, familias con menores, personas mayores solas y a personas migrantes en exclusión.