Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española

Gema Martín Borrego. Cáritas Española

Este 2025 es un año importante para Cáritas. Con el telón de fondo del Jubileo de la Esperanza y un contexto sociopolítico marcado por los conflictos y la incertidumbre, nuestra entidad ha aprobado un plan estratégico que define con claridad sus principales retos: la irregularidad administrativa, la vivienda y el empleo digno en España, así como las crisis olvidadas en el ámbito internacional.

Hablamos con Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, sobre estas cuestiones y el papel de Cáritas en un mundo cada vez más complejo.

¿Cuáles son los principales retos de Cáritas para este año?

Nos los marca el Plan Estratégico que hemos elaborado para los próximos tres años, centrado en tres ejes fundamentales en el ámbito social: la irregularidad administrativa, la vivienda y el empleo digno. Estas no son cuestiones nuevas para Cáritas, pero queremos abordarlas de una manera más integral y con un mayor énfasis en la incidencia política.

Por ejemplo, ¿cómo vamos a ayudar a las personas más vulnerables a mejorar el acceso a la vivienda? A través de nuestra acción directa, pero también promoviendo cambios legislativos.

En la misma línea, vamos a trabajar en el ámbito del empleo, cuya precariedad es alarmante. La mitad de las personas que acompañan las Cáritas Diocesanas tiene trabajo, pero sus ingresos no les permiten mantenerse ni a ellas ni a sus familias, por lo que siguen necesitando nuestra ayuda. Esta cuestión debe abordarse desde todos los ángulos, fomentando una mayor intermediación con las empresas y promoviendo medidas para que el trabajo vuelva a ser un ámbito de protección para las familias.

Los datos del paro en los últimos meses son bastante positivos…

Sí, pero, como te digo, el empleo no está siendo una garantía de protección para las familias. A finales de año se publicarán los datos del Informe FOESA, pero ya sabemos que, en los sectores menos cualificados, la precariedad es grave, ya que son empleos que no permiten cubrir las necesidades básicas de las personas.

La relación entre ingresos y gastos es insostenible, especialmente en hogares con menores a cargo. El precio de los alimentos, la vivienda y los gastos asociados han aumentado considerablemente, mientras que los salarios, especialmente los más bajos, no han seguido el mismo ritmo.

Acompañamos a familias que, a pesar de trabajar, se ven obligadas a elegir entre llenar la nevera o pagar el alquiler de su casa.

En materia de vivienda, ¿qué propone Cáritas?

Llevamos años insistiendo en la necesidad urgente de aumentar el parque de vivienda social. En España, la oferta de este tipo de vivienda es mínima en comparación con otros países europeos.

Además, proponemos que estas viviendas sean en régimen de alquiler, para evitar la especulación y garantizar su disponibilidad a largo plazo. La vivienda no puede ser un lujo inaccesible para los más vulnerables.

La otra cuestión fundamental que recoge el Plan Estratégico es la irregularidad administrativa.

Es una cuestión muy sangrante. En Cáritas acompañamos a más de medio millón de personas en situación irregular, que no pueden trabajar y sobreviven en el mercado informal sin derechos, sin asistencia sanitaria y sin posibilidad de salir de la exclusión debido a su situación legal.

Estamos pendientes de la Reforma del Reglamento de Extranjería y de la aprobación de una regularización extraordinaria para aquellas personas que residen en España desde 2021.

En Cáritas acompañamos a más de medio millón de personas en situación irregular, que no pueden trabajar y sobreviven en el mercado informal sin derechos, sin asistencia sanitaria y sin posibilidad de salir de la exclusión debido a su situación legal.

¿Cuál es la postura de Cáritas con respecto a la reforma de la Ley de Extranjería?

Hay avances, como la reducción del tiempo de arraigo de tres a dos años, pero sigue siendo insuficiente. La burocracia sigue siendo una barrera insalvable para muchas personas migrantes. El sistema de acogida está colapsado y las vías legales para regularizar su situación son escasas.

Hemos denunciado que algunos aspectos de la reforma podrían, incluso, empeorar su situación. Por ejemplo, si se deniega una petición de protección internacional, el tiempo de residencia en España vuelve a contarse desde cero, lo que supone un grave obstáculo para su regularización.

¿Es posible un pacto de Estado en esta materia?

Ojalá, pero lo veo difícil. Se ha construido un relato que demoniza a las personas migrantes, presentándolas como una amenaza. Sin embargo, los datos dicen otra cosa: las personas migrantes contribuyen a la economía, cuidan de nuestros mayores y son esenciales para el sostenimiento del sistema de pensiones.

Pero los discursos populistas calan rápido. Desde Cáritas seguimos insistiendo en la necesidad de abordar este tema con responsabilidad y a nivel europeo.

Parece que entramos en una época de poca colaboración internacional.

Nuestra esencia es la cooperación fraterna. Cáritas Española pertenece a una red internacional y trabaja estrechamente con sus organizaciones hermanas en todo el mundo.

Actualmente, la comunidad internacional está más pendiente de los conflictos en Ucrania y Gaza, mientras que otras crisis olvidadas, como las de Haití, Sudán, el Sahel o la República Democrática del Congo, quedan desatendidas. En Cáritas tendremos que esforzarnos aún más para que la sociedad no olvide a estos países.

Por otro lado, la reducción de la ayuda humanitaria por parte de Estados Unidos, las alianzas entre países y las restricciones a la migración influirán significativamente en la capacidad de respuesta de toda la red internacional de Cáritas ante las crisis humanitarias y en su labor de cooperación al desarrollo.

Con la DANA, España vivió una emergencia humanitaria sin precedentes. ¿Cómo valora la respuesta de Cáritas?

Nuestra respuesta fue tan eficaz como podía ser ante una emergencia de tal magnitud y en medio del desconcierto inicial. No somos una organización de rescate, protección civil ni emergencias, pero ya estábamos ahí antes de la DANA y seguiremos después.

Cáritas está presente en la mayoría de las 37 parroquias afectadas y fue clave en los primeros momentos. Nuestros voluntarios, muchos de ellos también damnificados, trabajaron en primera línea desde el inicio.

Ahora nos enfocamos en la reconstrucción, no solo de viviendas y negocios, sino también en la recuperación del bienestar emocional de las personas. Hemos visto mucho trauma y queremos acompañar a las comunidades en su proceso de recuperación.

Cáritas está presente en la mayoría de las 37 parroquias afectadas y fue clave en los primeros momentos.

Este año es el Jubileo de la Esperanza. ¿Cómo contempla Cáritas este acontecimiento?

Este es un momento importantísimo para nosotros, en el que a la Iglesia se nos pide mantener la esperanza y ser capaces de seguir creyendo en el amor y el perdón de Dios para todos. Ojalá seamos capaces de poner el contador a cero y volver a empezar.

¡Ojo! La esperanza no es ingenuidad, sino la capacidad de mirar más allá de las dificultades. En España, la Conferencia Episcopal ha elegido como tema jubilar la trata de personas, entendida como una nueva esclavitud que debemos denunciar y superar con esperanza. Cáritas se ha sumado a la tarea de visibilizar esta lacra y luchar contra ella.

En marzo celebramos el Día de la Mujer. Usted tiene un puesto de responsabilidad en una entidad importante de la Iglesia ¿Cómo ve la situación de la mujer en la Iglesia y la sociedad?

Cuando llegué al Consejo de Cáritas en 2018, era la única mujer; ahora somos nueve. Hemos avanzado mucho, y cada vez hay más mujeres en puestos de dirección.

Sin embargo, también necesitamos que los hombres den espacio para que esto ocurra, tanto en la sociedad como en la Iglesia. Las mujeres han demostrado su capacidad para desempeñar un gran papel en la Iglesia, y aún hay más puestos de gestión que pueden ocupar. Creo que la Iglesia debe avanzar mucho más en este camino, y estoy segura de que lo hará.

* Fotografías de Inma Cubillo. Cáritas Española