A pesar de la crisis de precios, el comercio justo logra mantener sus ventas en España. Los ciudadanos son cada vez más conscientes de que el modelo de consumo actual es insostenible, y que genera explotación laboral y desigualdad.

Gema Martín Borrego. Cáritas Española

“La Navidad significa paz y amor, alegría y generosidad. Sin embargo, estos conceptos están, cada vez, más diluidos en un mar de estrategias comerciales y publicitarias que nos llevan directamente a comprar y consumir compulsivamente”, lamenta Ana Sancho, técnico de Economía Solidaria de Caritas Española.

Consumismo desmedido

En efecto, en Navidad se consume mucho más que durante el resto del año. En España nos gastamos de media un 12 % más por acto de compra durante la campaña que abarca desde el ‘Black Friday’ hasta Reyes. “Y lo hacemos compulsivamente, sin pararnos a pensar en el uso irresponsable de los recursos y la generación de residuos y desperdicios alimentarios frente al aumento de hambre en el mundo”, recuerda Ana Sancho. “Una paradoja que, a menudo, ni nos planteamos”, sentencia.

Esta experta advierte de que nos movemos en un modelo productivo insostenible, desde un punto de vista social y medioambiental, en el que el consumismo desmedido y los beneficios de intermediadores se anteponen a las personas y al planeta.

Además, la pobreza, la desigualdad y la explotación están muy relacionadas con este modelo que busca producir cada vez más y a precios más bajos. “Hay testimonios de primera mano que muestran que las personas atrapadas en la pobreza extrema trabajan largas y agotadoras horas en condiciones peligrosas y sin regulación; y, sin embargo, no pueden obtener ingresos suficientes para mantenerse a sí mismas y a sus familias”, denuncia la ONU, que aboga por el trabajo decente, como un requisito esencial para garantizar la dignidad humana, y la prohibición del trabajo forzoso y de la explotación infantil. 

Esta Navidad, comercio justo

Frente a este modelo, Cáritas promueve el comercio justo como alternativa a las reglas comerciales actuales y como propuesta de consumo responsable, en la que se garantizan condiciones laborales y salarios dignos a todas las personas que forman parte de la fase productiva.

“En Navidad es cuando más deberíamos tener en cuenta a las personas y al planeta, recuperar los valores y el espíritu navideño que se basa en el amor, la paz y pensar en los demás, sin olvidar a los más necesitados”, opina Ana.

Ayudar a cambiar el mundo

En efecto, nuestra institución, que lleva dos décadas trabajando en el comercio justo, sitúa esta actividad dentro de la lucha contra la pobreza y la exclusión, y la coloca dentro de un marco de actuación más amplio: la construcción de un sistema económico solidario y alternativo al actual que descarta a las personas.

Precisamente, el poder contribuir, aunque sea con un pequeño gesto, a lograr estos objetivos es una de las razones que llevaron a Mamen Torralba a apostar, hace ya más de 15 años, por el comercio justo.

 “Ver con mis propios ojos las realidades de pobreza que existen en el mundo cambió mi forma de pensar y actuar, y eso incluye mi manera de consumir”,

Mamen – Consumidora de comercio justo de Cáritas

 “Ver con mis propios ojos las realidades de pobreza que existen en el mundo cambió mi forma de pensar y actuar, y eso incluye mi manera de consumir”, explica Mamen, que es una clienta fiel de la tienda de comercio justo de Cáritas en Zafra. Ella nos cuenta cómo descubrió y se convirtió en una defensora apasionada de este modelo de consumo: “En 2003 tuve la oportunidad de viajar por primera vez a Perú y ver de cerca una realidad completamente diferente a la nuestra, que me llevó a conocer y reflexionar sobre cómo mi manera de consumir afecta a otras personas. Poco después, junto a un sacerdote de mi localidad, comencé a profundizar en el comercio justo, y ese mayor conocimiento me hacía implicarme aún más, porque encajaba con mi compromiso social y cristiano”, cuenta Mamen.

Su segundo viaje a Perú, esta vez para visitar cooperativas de café y panela, fue en 2008, y le marcó todavía más. “Hablar con esos agricultores me hizo sentir la urgencia de cambiar mi manera de consumir, de hacer algo desde mi casa, mi parroquia y mi ciudad”. Y comenzó a comprar diferente, a leer las etiquetas de los productos, a rechazar algunos establecimientos por no respetar los derechos humanos y laborales de las personas productoras en países empobrecidos, a incorporar otros que sí los defendían, y a apostar por el pequeño comercio y las tiendas de barrio. “Y así nació el proyecto de comercio justo de Cáritas en mi localidad (Zafra), del que fui voluntaria durante diez años y del que me siento muy orgullosa”, afirma Mamen Torralba.

Nuestra red de tiendas

La Red de Comercio Justo de Cáritas cuenta con 19 tiendas y 51 puntos de venta en 22 localidades de todo el país, con productos de artesanía, alimentación y cosmética (ver página 34) que cumplen los diez principios del comercio justo (ver texto de apoyo).

Más ventas

Como Mamen, cada vez más personas apuestan por un consumo responsable y respetuoso con las personas y el planeta. Según la  Coordinadora Estatal de Comercio Justo (de la que forma parte Cáritas), las ventas de estos productos en España alcanzaron los 146 millones de euros en 2022, lo que supone un leve incremento (1,3%) respecto al año anterior. “Hay factores que explican esta cifra tan discreta –señala Ana Sancho–. 2022 ha sido un año convulso en el que han confluido el impacto económico y social de la pandemia COVID con el comienzo de la guerra de Ucrania y sus consecuencias económicas a todos los niveles”.

Pero incluso en este contexto, que ha provocado el encarecimiento de todos los productos, el comercio justo ha podido mantener su nivel de ventas, aumentando ligeramente su facturación global. En el caso de Cáritas, el total de ventas ascendió hasta los 564.693 euros. De ellos, 350.238 euros correspondieron a productos de alimentación, 81.364 a artesanía, 25.344 a cosmética y 107.746 a otros productos, como artículos textiles.

Sensibilizar y denunciar

“Para Cáritas estas cifras son una muestra de fidelidad, gracias, entre otras cosas, al trabajo de concienciación que realizamos en nuestras tiendas con las personas que vienen a comprar, y que, a largo plazo, es lo que contribuye a mejorar las vidas de miles de personas, garantizándoles unas condiciones dignas y seguras de trabajo”, apunta Ana. De hecho, durante 2022 llevamos a cabo 434 acciones de difusión y sensibilización sobre el comercio justo y el desarrollo de los pueblos.

“Queremos animar a todo el mundo a iniciar el nuevo año incluyendo en sus compras productos de comercio justo, y vivir una Fiesta de Reyes Magos más solidaria y comprometida”, concluye.

 ¿De dónde vienen los productos?

El mercado de comercio justo de nuestro país se abastece de la producción de 162 cooperativas y organizaciones de 50 países de América Latina, África y Asia. Los países con los que hay un mayor volumen comercial son Perú, India, Uganda y Ecuador. El café es el producto con una procedencia más amplia, siendo África la principal región productora de café que abastece nuestro mercado. Por su parte, el cacao que disfrutamos en nuestro país procede de 15 países, principalmente de América Latina. La ropa, artículos textiles y complementos proceden en su gran mayoría de Asia. Cáritas Española trabaja con cooperativas artesanales de Bangladesh, Palestina, Ecuador, Bolivia, Marruecos, Mauritania, entre otros.

Los 10 principios del comercio justo

La Organización Mundial del Comercio Justo establece los 10 principios que las organizaciones deben seguir.

1. Crear oportunidades para productores desfavorecidos

2. Transparencia y responsabilidad

3. Prácticas comerciales justas

4. Pago justo

5. Garantizar la ausencia de trabajo infantil y de trabajo forzoso

6. Compromiso con la no discriminación, igualdad de género y libertad de asociación 

7. Garantizar buenas condiciones de trabajo

8. Favorecer el desarrollo de capacidades

9. Promoción del Comercio Justo

10. Protección del medio ambiente