Tragedia en Tierra Santa

“Asistimos con tristeza a una tragedia que tiene lugar precisamente en los lugares donde vivió el Señor, donde nos enseñó con su humanidad a amar, a perdonar y a hacer el bien a todos. Y en cambio los vemos desgarrados por un tremendo sufrimiento que afecta, sobre todo, a tantos inocentes, a tantos inocentes muertos”. Papa Francisco

Tierra Santa, ese rincón del mundo donde –como dice el Papa– Cristo nos mostró el camino de la paz y el amor, lleva varias décadas siendo causa y testigo de odios y conflictos. Pero lo vivido en los últimos meses nos retrotrae a mucho tiempo atrás. 

“Los ataques terroristas de Hamas del 7 de octubre de 2023 y la posterior reacción de Israel han provocado unos niveles de destrucción y sufrimiento sin precedentes”, lamenta Caritas Internationalis. “Como consecuencia de ellos, la crisis humanitaria en la región sigue agravándose”, añade.  

Un lugar inhabitable

La Franja de Gaza es hoy un lugar inhabitable. Los gazatíes, que han tenido que abandonar sus casas, se enfrentan a los bombardeos y al riesgo de hambruna. “Es impactante que el 90% de las familias, o lo que es lo mismo, dos millones de personas padezcan inseguridad alimentaria, la tasa más alta del mundo”, advierte Cáritas Jerusalén. Faltan alimentos, medicamentos, artículos de abrigo e higiene, refugio…, y solo 13 de los 36 hospitales de Gaza están parcialmente operativos. “La mayor propagación de enfermedades, el alto número de heridos y los problemas de salud mental ejercen presión sobre un sistema de salud ya sobrecargado”, recuerda Cáritas Jerusalén. 

La guerra también tiene un efecto directo sobre los palestinos de Cisjordania. Además de las personas fallecidas y heridas, se han destruido 276.000 puestos de trabajo debido a la revocación de permisos para entrar a trabajar a Israel y a la falta de peregrinos en ciudades como Belén, que dependen del turismo y que ha llevado al cierre de muchos negocios y pequeñas empresas.

Al lado de las víctimas

Desde que estalló el conflicto, Cáritas Jerusalén ha proporcionado ayuda de emergencia a la población de Gaza, incluidos alimentos, agua y artículos de primera necesidad. Además, a través de sus clínicas móviles, está empezando a llevar atención médica y apoyo psicológico a las personas desplazadas por la guerra en lugares remotos, especialmente a los mayores, mujeres y niños. También ofrece ayuda económica a familias de Gaza y Cisjordania. Para ello, cuenta con el apoyo financiero de otras Cáritas hermanas, como Cáritas Española. 

“Mientras la guerra continúe, seguiremos al lado de las víctimas”, asegura Cáritas Jerusalén en un comunicado, en el que también se muestra “muy preocupada por preservar la presencia cristiana en Tierra Santa”. Muchos cristianos palestinos están contemplando la migración, porque no prevén un futuro en paz para sus hijos a la sombra de esta interminable situación. “Tenemos una herencia que queremos conservar para evitar que nuestras iglesias se conviertan en museos”.