Cáritas pide apoyo para los miles de personas damnificadas por el terremoto.

Lucas Izquierdo. Cáritas Española

“Hemos perdido a muchísimos familiares, casas, escuelas, ganado… Todo”. Quién así se expresa es Sara, una mujer que vive en una de las remotas aldeas marroquíes destruidas por el terremoto que sufrió el país norafricano el pasado 8 de septiembre.

Zona pobre y olvidada

El seísmo de magnitud 6,8 –el mayor de la historia de Marruecos– ha causado enormes pérdidas humanas y materiales en la cordillera del Atlas, y se ha cebado con algunas de las zonas más olvidadas y pobres del país. La inmensa mayoría de las 3.000 víctimas que causó el terremoto eran habitantes de pequeñas aldeas cuyas casas se derrumbaron mientras dormían. Más de 5.500 personas sufrieron heridas de diversa consideración. 

“En las aldeas del Alto Atlas, las casas tradicionales de adobe y pizarra han quedado reducidas a escombros, y los deslizamientos de tierra han devastado los campos en terrazas –explica el jesuita español Alvar Sánchez, secretario general de Cáritas Marruecos–. Es como si toda la fuerza de la gravedad hubiera caído sobre cada centímetro de esta tierra que alguna vez fue pacífica”.

Llevar ayuda

Los equipos locales de Cáritas Marruecos se desplazaron a Marrakech y a los pueblos de montaña para llevar ayuda de primera necesidad: alimentos, agua, mantas, ropa, medicamentos, kits de higiene, generadores eléctricos, tiendas de campaña. Además, buscaron alojamiento a los migrantes subsaharianos que se quedaron sin techo. 

La respuesta de la sociedad civil está siendo “asombrosa”, en palabras de Alvar Sánchez. “Personas de todos los ámbitos, incluidos estudiantes, profesionales y familias, realizan viajes diarios a las zonas afectadas para llevar ayuda. En cada localidad afectada, se han construido refugios improvisados para brindar protección a quienes ya no tienen un techo sobre sus cabezas”.

Cáritas Española, que colabora con Cáritas Marruecos desde la década de los 90, ha aportado 180.000 euros para apoyar la respuesta a esta emergencia y ha abierto una campaña para canalizar la solidaridad de los donantes españoles con las víctimas.  La secretaria general, Natalia Peiro, pudo visitar algunas de las zonas más afectadas y llevar un mensaje de solidaridad al pueblo marroquí y a nuestra Cáritas hermana.

“Agradezco la solidaridad de tantas personas en todo el mundo” –apunta Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat y presidente de Cáritas Marruecos–. Les animamos a seguir apoyándonos, porque la devastación ha sido enorme y la fase de reconstrucción durará meses o, incluso, años”. 

Cáritas con Marruecos

Marruecos ha sufrido el mayor terremoto de su historia. Los daños son inmensos y, como siempre, a costa de la población más vulnerable y necesitada. Cáritas trabaja para que “las cifras de solidaridad” de este durísimo golpe sean también enormes y lleguen lo antes posible a quienes lo han perdido todo.

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